Dentro de la circulación sanguinea del ser humano, la microcirculación es una parte de enorme importancia funcional. Ésta se desarrolla en una fina y muy ramificada red que forman los pequeños y diminutos vasos sanguíneos, los denominados «microvasos».
La microcirculación representa el 74% de toda la circulación sanguínea y desempeña vitales tareas de transporte y abastecimiento: suministra oxígeno y nutrientes a las entre 80 y 100 billones de células del organismo, y es una importante vía de transporte para la evacuación de productos metabólicos finales. Una microcirculación limitada puede causar o favorecer numerosos trastornos y enfermedades.